Maricel Broggi, la primera barrendera municipal de la ciudad
Se trata de la única mujer empleada de barrido de la Municipalidad en la Dirección de Higiene Urbana y una de las primeras trabajadoras de este tipo en toda la provincia.
Se trata de la única mujer empleada de barrido de la Municipalidad en la Dirección de Higiene Urbana y una de las primeras trabajadoras de este tipo en toda la provincia.
08 de Marzo 2018 perspectiva de género Más ciudad para todos
Tiene 34 años y es madre soltera. Maricel Broggi es la primera barrendera municipal de la ciudad y una de las primeras trabajadoras de este tipo en toda la provincia. En el 2000 ingresó en la cooperativa de trabajo de un movimiento de des-ocupados contratado por el Municipio para hacer servicios de barrido para Higiene Urbana.
Desde el año pasado es empleada de la Municipalidad. “Mi objetivo hoy está cumplido, entré en la Municipalidad y me cambió la vida”, expresó emocionada Maricel y agregó: “Soy mamá de dos nenes y soy feliz porque hace siete años que la luché, la peleé y lo logré”.
Esta madre trabajadora comenzó a realizar sus tareas por las mañanas y luego de dos años pasó a trabajar a la noche. “Yo vivo sola con mis hijos. Hoy cuento con una niñera que me los cuida, pero antes los llevaba todas las noches a la casa de mis papás y cuando salía de trabajar a la mañana los llevaba a la escuela”, contó Maricel.
"Durante el día me dedico a mis hijos. Los llevo al colegio y después de la sagrada siesta que hacemos los tres, seguimos con sus actividades hasta la noche que ingreso a trabajar”, relató con una sonrisa Maricel.
El compañerismo del cooperativismo
El día que Maricel se enteró que ingresaba a la Municipalidad, su amiga y compañera de barrido que estaba allí, se emocionó más que ella, lloró de la emoción y la alegría. “En ese momento también me preguntaron si quería pasar a barrer con los barrenderos, yo decidí quedarme con mis compañeros de la cooperativa, porque me siento bien, me siento cómoda, trabajamos a la par, en conjunto”, manifestó segura de su decisión.
Y en este sentido, Marice detalló: “Por ahí llego con miles de problemas y mis compañeros son mi cable a tierra. Comparto mis alegrías y mis tristezas, somos como una pequeña familia. Creamos un vínculo más allá del trabajo y tenemos jefes muy compañeros y solidarios que también que aman lo que hacen y nos lo demuestran todo el tiempo”.
Maricel no sólo es la demostración de lucha y fortaleza de una madre por sus hijos, además lo es de amistad y compañerismo para con su equipo de trabajo. A pesar de las posibilidades, eligió seguir compartiendo su diaria con ellos, con los de siempre. Apostando y profundizando los vínculos creados por encima del trabajo que los han sostenido como grupo hace ya muchos años.
Entrevista publicada en la revista municipal LaRevista de la Edición Julio 2017.
Sábado 14 de diciembre - 20 h en Museo Azotea de Lapalma